lunes, 7 de abril de 2008

Dulces laberintos

¡A veces puedo estar tan confundida!
El problema es que lo pienso demasiado, debería dejar que todo fluya...
Hoy salí a pasear, caminar solamente. Me puse a pensar, como siempre, en nosotros (si es que existe un nosotros), en vos más que nada.
En que no sos lo que busco, no sos la clase de chico con la que quisiera estar. Pero a pesar de todo me gustás. Y no entiendo por qué.
Pese a que sos tan diferente a lo que me gusta, te creo tan perfecto.
El amor es idealizar al otro. Es como no ver la realidad. Es como estar en una ilusión.
Anoche cuanto más te pensaba, más fuerte sentía.
Y algo me asusté. Porque la sensación era igual a lo que sentí el verano del 2006, por otra persona, pero que al cabo era lo mismo: amor. Pero tan profundo.
Me pregunté si me estaría enamorando, otra vez.
Increíble. Justo de vos. ¡De quien menos lo esperaba!
De todos modos no quiero apresurarme.
Ni quiero que me vuelvan a romper el corazón, ni quiero sufrir, ni hacerme ilusiones.
Sólo quiero ser feliz.

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